En primera persona: el testimonio de un pequeño productor rural chaqueño

Los productores de pequeña escala, como todos los trabajadores de la producción primaria, soportan otro año más de condiciones climáticas adversas que "hacen que sea muy difícil mantenerse en el campo".

"La vida en el campo no es fácil y mucha gente se está yendo a la ciudad, dejando las quintas, porque si las condiciones climáticas son adversas se pierde todo y con una economía de escasos o nada de ahorros no se puede volver a sembrar", respondió ante la consulta de NORTE RURAL Fabián Ibarra, presidente del Consorcio de Servicios Rurales 51 en el departamento Comandante Fernández.

El campo, para los pequeños productores, es todo un desafío que no pueden afrontar por las condiciones económicas. Es necesario que el Estado se ocupe de reinsertarlos en otros cultivos o actividades no tradicionales para poder subsistir
Las chacras sin trabajar, "algunas quedan abandonadas y otras son compradas por los propietarios de campos más grandes". "Siempre ocurre lo mismo y en los últimos tiempos varios productores se fueron a la ciudad", remarcó. La realidad tiene el complemento de que "los mayores que vivían en las chacras ya no están más y los jóvenes no tienen interés por la ruralidad".

En la visión de Ibarra, no es un problema solamente de la precaria infraestructura de los servicios que se brindan al sector campesino, "sino que es poco el interés de la juventud por vivir y trabajar el campo".

Los chacareros, encuadrados hoy dentro del rango de la agricultura familiar, fueron los que otrora sumaban hectáreas de algodón a la producción provincial, cultivo que "dejaron de sembrar porque no les resultaba rentable y se dedicaron a la cría de ganado menor o a la horticultura".

FRÁGIL ECONOMÍA

Las condiciones del tiempo, desde hace varias campañas, truncan las cosechas y las frágiles economías de los campesinos de pequeña y mediana escala no resisten. Los consorcios de servicios rurales tratan de sostener a sus asociados, pero los recursos económicos disponibles quedaron minimizados por la elevada inflación.

El Consorcio de Servicios Rurales 51, en la zona noreste de Sáenz Peña, con un radio de cobertura de cien kilómetros cuadrados, asocia a 140 productores de pequeña escala, con horticultura y ganado menor.


Fabián Ibarra: “Se hace muy difícil mantenerse en el campo”.

"El consorcio está trabajando normalmente pero con limitaciones, porque se brinda el servicio básico pero no se dispone de otra asistencia y los socios no tienen recursos económicos para comprar semillas para reponer la huerta o las pasturas y es casi imposible lograr quién nos financie", relató Fabián Ibarra.

"Lo más complicado, ahora que llegaron las lluvias, es disponer de las semillas", insistió.

PRODUCCIÓN CASTIGADA

En los primeros días de febrero la lluvia fue una bendición en el centro chaqueño, pero previamente "el sol castigó demasiado, los productores hortícolas perdieron todo y los que hacen ganado menor no tuvieron la posibilidad de sembrar pasturas y estaban quedando sin alimento para sus animales porque comprar no es rentable".

Entre los productores que hacen horticultura, también son muchas las complicaciones, porque se perdió la producción por efecto de la ola de calor y la posibilidad de siembra, después de las precipitaciones, se les dificulta "por el alto precio de las semillas". "Los valores de los híbridos se fueron muy arriba y se hace difícil comprar", explicó el presidente del Consorcio de Servicios Rurales 51.

"SE HACE LO QUE SE PUEDE"

El aumento del combustible adiciona otro problema para el pequeño productor que "refiere que no tiene ni siquiera para pagar el laboreo de la tierra que ofrece el consorcio y que tiene un costo mínimo". "El consorcio hace lo que puede porque el dinero que se recibe regularmente es escaso y no podemos asistir con semillas a los asociados, que son muchos".

"Los fondos disponibles son mínimos y no contamos con dinero para comprar el combustible para el laboreo, es por eso que se les cobra un mínimo aporte a los productores para poder trabajar la chacra", indicó Ibarra. "La hectárea se está cobrando al costo del gasoil, en consecuencia no sobra nada y el dinero que llega mensualmente se utiliza para pagar el arreglo del tractor que ya está viejito y todos los días tiene algún problema, además del pago al tractorista", refirió el consorcista.

La entidad de servicios rurales cuenta con una rome, rastra de disco, pala para la construcción de represas, desmalezadora y un tractor "que ya tiene once años de trabajo". "El dinero llega desde la provincia a tiempo, pero es muy poco debido al incremento que mensualmente tienen todos los bienes", recalcó.

El consorcio, "hasta ahora", después de las lluvias no recibió ninguna asistencia extraordinaria para la siembra de pasturas "y la época ya se está pasando".

"Los productores que hacen ganadería, menor en la mayoría de los casos, van a ingresar al invierno muy limitados porque ya deberíamos tener las tierras preparadas y la semilla disponible para aprovechar la humedad de los primeros días de febrero, después ya no dan los tiempos para preparar el forraje", finalizó diciendo el referente campesino.

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