El conocimiento medicinal indígena se extingue sin dejar rastro
Un estudio alerta de que hasta el 91% de la sabiduría de estas comunidades sobre plantas con potencial farmacológico y terapéutico desaparecerá con la muerte de sus lenguas
Podría parecer que, en la era de la información, todo está registrado. Nada más lejos de la realidad. Entre el 73% y el 91% del conocimiento de los servicios medicinales de las plantas (sus propiedades farmacológicas y terapéuticas) de regiones de América del Norte, la Amazonia y Nueva Guinea corre el riesgo de desaparecer porque solo los conocen los indígenas de cada zona y no hay más registro que sus voces. Si muere su lengua (más del 30% de las 7.400 del mundo ya no se hablarán a finales de siglo, según la Unesco), desaparece el conocimiento que guarda. Un estudio publicado en la revista PNAS por Rodrigo Cámara Leret y Jordi Bascompte, del departamento de Biología Evolutiva y Estudios Ambientales de la Universidad de Zúrich, ha identificado, en estas tres regiones 12.495 servicios medicinales de las plantas, de los que el 75% son solo conocidos en una lengua. Y “cada dos semanas”, según la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, “desaparece una en el mundo”. Ante esta emergencia, Jordi Bascompte lamenta: “Es como una biblioteca quemada, como amputar una extremidad. Estamos perdiendo oportunidades terapéuticas”.
Los beneficios de la dehesa
Cámara Leret pone algunos ejemplos del potencial farmacológico de las plantas conocidos por los indígenas: los integrantes del pueblo Cubeo de la Amazonia utilizan los tallos y raíces de la Connarus ruber como “barbascos” o “matapeces” para pescar porque las plantas tienen metabolitos que interfieren en la respiración branquial del pez. Los tucanos del Río Negro de Brasil recurrían para cazar a las propiedades anestésicas de la corteza de la Leptolobium nitens, que usaban como ingrediente del curare (veneno para las flechas). Los siona, habitantes de las riberas del río Putumayo, entre Colombia y Ecuador, usan el látex lechoso de la Euphorbia hirta para tratar infecciones fúngicas en los pies.
El botánico recuerda que el conocimiento indígena ha servido para el desarrollo de fármacos, aunque calcula que menos de un 10% ha pasado por estudios farmacológicos o ensayos. La vinblastina, utilizada en el linfoma de Hodgkin, en el cáncer de pulmón de células no pequeñas, y en los de mama, cabeza, cuello y testicular, fue aislada por Robert Noble y Charles Thomas Beer de la planta Catharanthus roseus de Madagascar. Es un caso frente a miles de posibles opciones terapéuticas que están en peligro de quedar enterradas.
La singularidad del conocimiento indígena asociado a lenguas amenazadas sugiere que la pérdida de estas será aún más crítica para la extinción del conocimiento medicinal que la pérdida de biodiversidad
Dos investigadores han recogido, por primera vez, datos de hasta 3.597 especies de plantas medicinales e identificado 12.495 servicios medicinales (combinación de una especie vegetal y una subcategoría medicinal, como Ficus insipida y sistema digestivo) asociados a 236 lenguas indígenas. Cámara Leret advierte: “Es solo la punta del iceberg. Mucho conocimiento medicinal está contenido en idiomas que están en peligro de extinción”. Las conclusiones del estudio avalan la afirmación: “La singularidad del conocimiento indígena asociado a lenguas amenazadas sugiere que la pérdida de estas será aún más crítica para la extinción del conocimiento medicinal que la pérdida de biodiversidad”.
La amenaza es doble, según la investigación. Por una parte, el desuso lingüístico está fuertemente asociado a la disminución de los conocimientos indígenas sobre las plantas. Por otra parte, el cambio climático global limita la extensión geográfica de muchas especies y cultivos endémicos utilizados por el hombre. El trabajo concluye: “Juntas, la extinción del lenguaje y la reducción de las especies útiles en el próximo siglo, pueden limitar el potencial completo de las contribuciones de la naturaleza a las personas y el descubrimiento de usos imprevistos”.
La única salvaguarda de este conocimiento es que en algunos casos se comparte oralmente con otros grupos indígenas que hablan otros idiomas. Pero es insuficiente porque estos también están amenazados. Por esta razón, los investigadores consideran “prioritario” un esfuerzo de documentación.
El derecho a la tierra alcanza solo al 26% de las campesinas latinoamericanas
Siete de cada diez mujeres productoras de alimentos tienen acceso a la tierra para producir alimentos, pero solo tres tienen títulos de propiedad sobre los campos y la tierra donde trabajan. Los datos fueron revelados en el informe "Ellas alimentan al mundo", realizado por el medio feminista LatFem y la organización internacional WeEffect. El trabajo evidencia las desigualdades en cuanto al derecho a la tierra de mujeres campesinas en América Latina.
La encuesta aborda los impactos de la desigualdad en las mujeres campesinas, indígenas y afrodescendientes de América Latina en temas como el acceso a la tierra, el impacto de la pandemia del Covid19, el derecho a la alimentación y la defensa de la tierra en las regiones más peligrosas en el mundo para activistas ambientales, según Global Witness. Los países analizados en la encuesta fueron Bolivia, Colombia, Guatemala, El Salvador y Honduras.
Las mujeres son responsables del 50 por ciento de la fuerza laboral formal de producción de alimentos en el mundo, según la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Sin embargo, son quienes menos derechos tienen sobre los territorios donde producen. A pesar de garantizar alimentos para sus familias y comunidades, la gran mayoría no tiene derechos sobre los territorios que cultiva.
Acceder a las parcelas por herencia
"La mujer que se convierte en dueña de su tierra simplemente tiene que ser viuda, divorciada o separada", dice una de las entrevistadas en el marco del informe, Ana Rosalía, del Comité de Unidad Campesina (CUC) de Guatemala. En efecto, la mayoría adquiere el derecho sobre las parcelas a través de la herencia, al quedar viudas o huérfanas. Este es el caso del 38 por ciento de las encuestadas en Bolivia, del 24 por ciento de las consultadas en Guatemala, del 23 por ciento de las entrevistadas en El Salvador, del 16 por ciento de las participantes en Colombia y del 14 por ciento de las informantes en Honduras.
Entre las afrodescendientes, los registros son prácticamente inexistentes. Solo ocho mujeres de este grupo en la encuesta aparecen como propietarias, y de menos de un cuarto de hectárea.
La investigación refuerza la noción de que la estructura patriarcal que disminuye el rol de la mujer también se reproduce en bosques y campos, más allá de las cuatro paredes de la realidad doméstica urbana. "Su trabajo y actividades diarias, como réplica de lo que ocurre en el mundo de los sistemas de cuidado, históricamente han sido invisibles o naturalizados como parte de un must be [deber ser]".
No es de extrañar que las mujeres y las niñas sean más vulnerables frente al trabajo esclavo, como lo revelaron recientemente reconocidos relatores independientes del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Resembrar el bosque
En Mato Grosso, las explotaciones agrícolas a menudo se libran de sus responsabilidades de conservación y deforestan más de lo permitido. Las comunidades se han organizado para replantar su territorio degradado.
Ripá (Brasil) - 12 OCT 2022
Una mañana de calor húmedo del pasado mes de diciembre, ocho mujeres y su jefe salieron de la aldea indígena xavante de Ripá, una etnia amerindia que habita una región de Brasil, para atravesar una sabana boscosa en el estado de Mato Grosso. Tras unos pocos kilómetros, el camino se terminó. Siguieron andando en fila y atraversaron la hierba que les llegaba hasta las rodillas.
La mayor parte de los 20.000 xavantes que sobreviven están en el Cerrado, un mosaico de bosques espinosos y pastizales arbolados que cubre el 40% de este Estado al oeste de Brasil. Más seco y menos denso que la selva amazónica al norte, el Cerrado tiene su propia flora y fauna exóticas. Los biólogos conservacionistas lo consideran la sabana más rica del mundo en términos biológicos y los investigadores afirman que el 5% de las especies vegetales y animales del mundo habitan en ella. Pero, en las últimas décadas, los madereros han talado enormes franjas de bosque en Mato Grosso, y han transformado el 12% del Cerrado en pastos y tierras de cultivo.
Los madereros han talado enormes franjas de bosque en Mato Grosso, y han transformado el 12% del Cerrado en pastos y tierras de cultivo.
Hace siete años, los miembros de Ripá se unieron a un grupo que trabajaba para restaurar parte de la vegetación de la zona y, al mismo tiempo, apuntalar la menguante fortuna de los residentes mediante la venta de las semillas que cosechaban allí. Desde que tienen uso de razón, los aldeanos han realizado frecuentes viajes de recolección por su territorio, llamados dzomoris, expediciones en las que cazaban y recolectaban frutos y raíces de forma experta. Ahora hacen estos viajes específicamente para recoger las semillas necesarias para replantar los terrenos degradados del Cerrado. “Con las semillas, reforestaremos”, afirmaba el jefe de Ripá, José SerenhomoSumenéXavante. “Por eso necesitamos semillas autóctonas”. Hasta ahora, el movimimento ha ayudado a replantar 74 kilómetros cuadrados de bosque.
Irónicamente, los compradores son a veces las mismas personas y empresas culpables de los grandes proyectos de tala que han generado la necesidad de replantar. Y, entre los gobiernos que promueven la reforestación, se encuentran los mismos organismos que no impidieron la destrucción del bosque en primer lugar.
Un día después de la jornada de recolección de semillas, el jefe xavante se levantó temprano y se pintó la espalda, el pecho y el pelo con pintura de guerra roja y negra. Se colocó en el claro, donde los niños de Ripá suelen jugar al fútbol. Bajo un cielo nublado, varios hombres también embadurnados de pintura de colores se reunieron a su alrededor. Cantaban y golpeaban el suelo con pesados garrotes y arcos de caza. El jefe estaba furioso por la profanación del bosque de su territorio por parte de los forasteros. Rabiaba por una operación minera no indígena dentro de su reserva. “¡Miren cómo están robando la tierra!”, exclamó. Cerró la reunión con un ulular que imitaba el canto de un pájaro.
Los casos de “invasión, explotación ilegal y daños” en tierras nativas en Brasil por parte de extranjeros casi se han triplicado desde que el presidente derechista del país, Jair Bolsanaro, asumiese el cargo en 2019.
Según un informe publicado en agosto por el Consejo Misionero Indígena, una organización afiliada a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, los casos de “invasión, explotación ilegal y daños” en tierras nativas en Brasil por parte de extranjeros casi se han triplicado desde que el presidente derechista del país, Jair Bolsanaro, asumiese el cargo en 2019. El jefe explicó que, por muy indignantes que sean esas ofensas, la mayor parte de la destrucción del bosque de sabana se ha producido en tierras privadas fuera del territorio indígena. Y que resulta “aún más difícil detener eso que desalojar a los intrusos en sus tierras”. Los inversores han comprado y arrasado enormes zonas de bosque primario y las han sustituido por plantaciones industrializadas de soja, maíz y algodón. Esta destrucción se ha acelerado durante los casi cuatro años de gobierno de Bolsonaro. El Cerrado está experimentando la mayor tasa de deforestación desde 2015, según datos recientes publicados por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). Entre agosto de 2020 y julio de 2021 se perdieron unos 8.531 kilómetros cuadrados de bosque entre Mato Grosso y una docena de otros Estados brasileños.
El día anterior, el jefe xavante había cruzado la sabana calurosa para recoger semillas y ayudar a restaurar los bosques talados de Mato Grosso, aunque solo fuera de forma simbólica. Una vez que los recolectores bajaron del camión, subieron la suave pendiente hacia las montañas de Roncador, una cresta rocosa sagrada. Cuanto más se acercaban a la cima, más altos y juntos crecían los árboles y el aire sofocante se iba refrescando.
Se detuvieron en un pantano que cubre un cerro entre riscos y las mujeres se desplegaron por los laberínticos riachuelos de agua. Recogieron puñados de buriti, el fruto de una palmera (mauritia flexuosa), del suelo empapado, porque es ahí donde prospera, y los depositaban en las cestas de cuerda que tejen con la fibra de las hojas de la palmera.
El beneficio neto de toda la comunidad por la venta del buriti y otras semillas será de unos 1.200 dólares (1.210,88 euros) este año
Los xavantes comen habitualmente buriti y saben que es popular en todo Brasil. Pero, estas mujeres no venden la fruta fresca, sino que venden las semillas. El beneficio neto de toda la comunidad por la venta de estas y otras semillas será de unos 1.200 dólares (1.210,88 euros) este año, y complementará sus ingresos por la venta de artesanía y las modestas subvenciones del Gobierno. Los ingresos no son la razón principal para llevar a cabo este trabajo. “Los no indígenas están destruyendo el Cerrado y no entienden la naturaleza”, se lamenta Neusa. Cada dzomori (expedición de recolección en la lengua xavante) ayuda a reparar el daño. En este viaje, que duró un día entero, los buscadores encontraron más cosas que buriti.
Una mujer del equipo se subió a la nudosa y achaparrada copa de un árbol de murici (Byrsonimacrassifolia). Agarró unas ramas y lo sacudió con fuerza. El árbol vibró y cayeron frutos maduros que parecían manzanitas amarillas. Un poco más lejos, otras arrancaban frutos pálidos del tamaño de un mango de las esbeltas ramas de un árbol angelim. Echaron la fruta en las cestas y por la tarde, cada una de las mujeres había recogido más de seis kilos de fruta, toda ella con semillas comercializables.
El Código Forestal de Brasil y las leyes estatales exigen que los terratenientes conserven una parte de su propiedad en su estado original y el porcentaje varía según la región y el tipo de vegetación. En Mato Grosso, se supone que entre el 35% y el 80% de la selva está protegida, aunque la realidad es que las explotaciones agrícolas a menudo se libran y conservan menos de lo que deberían. Los propietarios que desbrozan ilegalmente, ignorando el requisito de conservación de terrenos, deben volver a plantar árboles autóctonos y, en algunos casos, lo hacen, lo que crea la demanda de semillas como el buriti, el murici y el angelim.
Las grandes explotaciones de productos básicos representan la mayor parte del mercado. El Código Forestal es el que más atención presta a la replantación de las riberas de los ríos, y la construcción de carreteras y otros proyectos de obras públicas suelen estar obligados a reponer la vegetación que dañan. Las semillas recogidas por comunidades como la de Ripá contribuyen a restaurar esas tierras.
En sus 15 años de actividad, la Rede de Sementes do Xingu ha vendido más de 300 toneladas de 220 especies de semillas
Los lugareños de Ripá y otros 24 grupos indígenas del Estado venden lo que recogen a un mayorista conocido como Rede de Sementes do Xingu (RSX). Es el mayor proveedor de semillas autóctonas de Brasil. En 2007, una coalición de indígenas y no indígenas la fundó como forma de reforestar las tierras a lo largo del río Xingu, un importante afluente del Amazonas, cuyo nacimiento está en Mato Grosso. La tala para la extracción de madera y la apertura de explotaciones ganaderas habían desnudado las orillas del río, debilitando y contaminando los arroyos de la cuenca del Xingu.
RSX envía semillas a los agricultores y otros clientes y también ayuda a plantarlas. Los agricultores de dentro y fuera de los territorios indígenas y también algunos habitantes de las ciudades contribuyen a las reservas de RSX, la mayoría de las cuales se plantan dentro de Mato Grosso.
En sus 15 años de actividad, RSX ha vendido más de 300 toneladas de 220 especies de semillas, entre ellas del árbol pequi, que tiene el tamaño de una nuez, y la semilla del embaúb, que es más pequeña que un grano de arroz.
La cantidad de terreno que ha replantado hasta la fecha es extraordinaria, una superficie casi del tamaño de Barcelona. Los compradores combinan las semillas secas que adquieren con docenas de otras especies en una mezcla que, sembrada a mano, debería crecer hasta convertirse en una arboleda que se asemeje al bosque nativo en una década.
Pero, en Mato Grosso, el mayor productor de cereales de Brasil y que alberga la mayor cabaña ganadera del país, ni siquiera 74 kilómetros cuadrados pueden equilibrar lo que se tala cada año. Solo el año pasado, los madereros deforestaron más de 30 veces más de lo permitido, 1.000 kilómetros cuadrados.
Bruna Ferreira, que lleva muchos años como directora de RSX, reconoce que la tarea digna de Sísifo de recuperar los bosques “a veces parece inútil”. Pero en una entrevista señalaba que sus logros no deben juzgarse enteramente por el pequeño porcentaje de tierra deforestada que se restaura. El esfuerzo es “una labor de resistencia, que hace más fuertes a estas comunidades”. Revitarlizar el Cerrado parece sobre todo una obra de amor, pero merece la pena, añade Neusa. “Si amas el Cerrado, te devuelve lo que le das”, concluía.
Después de que el jefe, su hija y las demás mujeres regresaran a la aldea, tenían más trabajo que hacer. DjaniraPe’WeeXavante revisó los frutos de murici que habían traído, eligió los mejores para comer, quitó las partes podridas y dejó las semillas fuera para que se secaran.
No muy lejos de ella, un enorme campo de soja excavado en la espesa selva muestra que el amor, por sí solo, no protegerá la selva que queda en Mato Grosso. El campo es plano como un tablero de mesa y sin rasgos distintivos, aparte de las interminables hileras de plantas de soja idénticas y las líneas dejadas por las máquinas agrícolas, tan rectas como las de una cartilla de caligrafía. El líder xavante, José SerenhomoSumenéXavante, señala con enfado que esta granja fue permitida por uno de los muchos jefes que piensan que el dinero que ganan ahora es más importante que un bosque sano.
Fuente aquí
El Gobierno da amplio despliegue a una decisión judicial que devuelve tierras a seis familias que reclamaban su propiedad en los terrenos donde se desarrolla un nuevo puerto sobre el mar Caribe
Bogotá - 29 SEPT 2022
La imagen de un grupo de campesinos reclamantes de tierras y empresarios en la Casa de Nariño, el palacio presidencial de Colombia, anunciando juntos una decisión judicial que se las devuelve después de treinta años es simbólica en un país donde miles de personas han sido despojadas de tierra. El fallo judicial, que anunciaron este miércoles, restituye tierras a campesinos que reclamaban su propiedad en terrenos donde se planea un puerto sobre el mar Caribe e inaugura una forma de resolución que reconoce a las víctimas y, al mismo tiempo, despeja el camino para la construcción de la obra.
Para el Gobierno de Gustavo Petro, que anunció la decisión en cabeza del Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, este es un “paso importante en una región como Urabá, históricamente conflictiva y signada de sangre” y un mensaje para la paz total no solo por la reparación a las víctimas sino por el acuerdo al que llegaron los campesinos y los empresarios para avanzar en el puerto que daría empleo a miles de habitantes de Turbo, en Antioquia. El impulso en darle relevancia muestra también que la restitución, tema que fue central en el discurso del Gobierno de Juan Manuel Santos, vuelve a la agenda de Colombia con renovado impulso.
La sentencia de un juez de restitución de Turbo (Antioquia) reconoce la condición de víctimas de seis familias de ese municipio, cuyos padres y parientes fueron despojados y asesinados por grupos paramilitares y agentes del Estado en 1997. Ordena que les hagan una “restitución por equivalente”, es decir, que les entreguen un predio en propiedad de similares características al que pedían en restitución; pero también admite a la Sociedad Portuaria Turbo Pisisí como “propietario interviniente”, porque había comprado los predios con buena fe.
“Quiere decir esto que reconoce que ni la empresa Pisisí tuvo responsabilidad en esos hechos de violencia de 1997, ni las víctimas eran falsas víctimas, sino de carne y hueso. Sus familiares fueron asesinados, y sus niños y niñas violentados, desaparecidos, desplazados y despojados de la tierra donde se va a construir el puerto”, explicó Gerardo Vega, director de la Agencia Nacional de Tierras, que antes de asumir el cargo representó legalmente a víctimas de la región.
Las víctimas tuvieron las primeras palabras. “Venimos de un territorio que por décadas ha sido sometido como laboratorio de guerra. Somos sobrevivientes del exterminio contra la Unión Patriótica”, dijo Vanderley Quintero, representante de los campesinos. Para ella es una medida que apunta a la reparación y la reconciliación después de años de haber sido estigmatizados y perseguidos por intentar recuperar sus tierras. “Con este tipo de iniciativas es posible enviarle un mensaje a la sociedad colombiana, a los empresarios, que sepan que pueden ayudar a indemnizar, que cooperen con el Estado dentro de su responsabilidad o corresponsabilidad social”.
Construir un nuevo puerto para Turbo ha sido un sueño por décadas en esta región, una de las más afectadas por un conflicto armado que aún está vivo. “Es algo histórico que las víctimas y nosotros, como empresarios, nos hayamos puesto de acuerdo para desarrollar este tipo de proyectos. Creo que en Colombia nunca se había dado y esperamos que este desarrollo sirva para la paz total, porque nosotros vamos a generar aproximadamente 5.000 empleos”, dijo Teófilo Lemos, fundador de la empresa que construirá el puerto.
Para el Gobierno de Petro, la paz total pasa por la reforma agraria. Recientemente, la ministra de agricultura anunció la titulación y formalización de 680.000 hectáreas a campesinos y esperan entregar al menos tres millones de hectáreas. Ahora, mientras en algunas regiones del país se producen invasiones de tierras y choques, buscan mostrar iniciativas como las de Urabá para reducir el conflicto.
“Que esta región conflictiva ubique una relación distinta, simétrica y respetuosa entre el sector privado y aquellos que han sido permanentemente afectados por la violencia, es un mensaje para grupos armados como las Autodefensas Gaitanistas (o Clan del Golfo, que operan en ese territorio). Estas víctimas representan la posibilidad de que ellos se vinculen y transiten al Estado de Derecho. El ejercicio de la fuerza ilegal y de poder que tejen en estos territorios empieza a ser y a mostrarse innecesario”, dijo Rueda, al hacer un llamado a otros grupos armados.
El Alto Comisionado anunció que, hasta ahora, al menos diez organizaciones armadas y de crimen organizado han “expresado su disposición a ser parte de la paz total”, entre ellas las disidencias de las FARC, como el llamado Estado Mayor Central; la Segunda Marquetalia, las AGC o Clan del Golfo; algunas oficinas del crimen de varias ciudades y las Autodefensas de la Sierra Nevada de Santa Marta. “Cada grupo, con su propia identidad y naturaleza y motivación, está expresando su disposición a ser parte de la paz total. En esta fase de exploración se les ha pedido no matar, no desaparecer, no torturar y vamos avanzando”, dijo.
Fuente aquí
Colombia: Asesinatos de defensores indígenas Nasa, incluidos los niños, son muy preocupantes y deben cesar inmediatamente
Colombia: Es necesario que el gobierno adopte medidas urgentes, ya que el aumento de la violencia en las zonas rurales afecta gravemente a los derechos humanos - informe de la ONU
Bachelet insta a Colombia a aumentar la protección de la población debido al aumento de la violencia en zonas rurales
Colombia debe reformar de manera urgente la gestión de protestas para prevenir más violaciones a los derechos humanos – Informe de Naciones Unidas
GINEBRA (24 de marzo de 2022) - Los asesinatos, ataques y amenazas en contra de defensores y defensoras indígenas, quienes ejercen una labor de defensa de su territorio, deben ser prevenidos e investigados de manera efectiva por las autoridades colombianas, una experta de la ONU dijo hoy.
“Es sumamente preocupante e impactante que los niños son víctimas directas de los ataques”, dijo Mary Lawlor, Relatora Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos.
“Un niño defensor de derechos humanos de 14 años fue asesinato, y otro fue secuestrado por la fuerza. Hemos recibido informes sobre un número creciente de niños, niñas y adolescentes reclutados por grupos armados no estatales y de los cuales en un porcentaje muy importante se trataría de niñas.”
En los últimos meses se han incrementado las amenazas y ataques en contra del Pueblo Indígena Nasa, sus líderes, autoridades e integrantes de la guardia indígena. El 24 de enero de 2022, el señor José Albeiro Camayo Güetio fue asesinado en presencia de su hijo de 13 años de edad, presuntamente por integrantes de un grupo armado no estatal que pretende ejercer el control en el resguardo indígena Las Delicias, municipio de Buenos Aires, Cauca.
Solo 10 días antes, el 14 de enero de 2022, el niño Breiner David Cucuñame López, de 14 años, y el señor Guillermo Chicame Ipia, fueron asesinados, presuntamente por integrantes del mismo grupo, mientras se encontraban haciendo labores de protección y defensa del territorio con la guardia indígena del Resguardo las Delicias. El 21 de noviembre de 2021, Marcos Fidel Camayo Güetio, quien había sido autoridad tradicional de Las Delicias, habría sido también asesinado.
“El aumento de las amenazas contra los defensores y las defensoras de los derechos humanos en Colombia, incluidos los que protegen los derechos de los pueblos indígenas, el medioambiente, y la implementación del acuerdo de paz, está generando un efecto amedrentador en la sociedad civil y en la legítima labor que realizan las personas defensoras de los derechos humanos”, dijo la experta.
“El Gobierno tiene que investigar de manera efectiva estos casos, proporcionar reparaciones a las víctimas, y desmantelar a los grupos generadores de la violencia que pretenden controlar el territorio del Pueblo Nasa. También deben adoptar medidas de prevención y protección de las comunidades, así como fortalecer las propias estrategias de autoprotección y formas organizativas del Pueblo Nasa”, dijo la Señora Lawlor.
La experta está en contacto con las autoridades colombianas sobre el asunto.
El llamamiento de la experta fue respaldado por: El Sr. José Francisco CALÍ TZAY, Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indigenas, Sr. Morris Tidball-Binz, Relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, y el Comité de los Derechos del Niño (CRC).
Mary Lawlor es la Relatora Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos. La Sra. Lawlor es actualmente profesora asociada de Empresas y Derechos Humanos en el Centro de Innovación Social (CSI) de la Escuela de Negocios del Trinity College de Dublín. En 2001 fundó Front Line Defenders - la Fundación Internacional para la Protección de los Defensores de los Derechos Humanos para centrarse en los defensores de los derechos humanos en riesgo. Como Directora Ejecutiva entre 2001 y 2016, la Sra. Lawlor representó a Front Line Defenders y desempeñó un papel clave en su desarrollo. Anteriormente, la Sra. Lawlor fue directora de la oficina irlandesa de Amnistía Internacional entre 1988 y 2000, fue miembro de la Junta Directiva en 1975 y fue elegida presidenta entre 1983 y 1987.
Los Relatores Especiales forman parte de los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos. Los Procedimientos Especiales, el mayor órgano de expertos independientes del sistema de derechos humanos de la ONU, es el nombre general de los mecanismos independientes de investigación y supervisión establecidos por el Consejo para abordar situaciones específicas de países o cuestiones temáticas en todo el mundo. Los expertos de los Procedimientos Especiales trabajan de forma voluntaria; no son personal de la ONU y no reciben un salario por su trabajo. Son independientes de cualquier gobierno y organización y actúan a título individual.
El Comité de los Derechos del Niño supervisa la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño por los Estados Partes y la aplicación de sus dos Protocolos Facultativos, relativos a la participación de los niños en conflictos armados (OPAC) y a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía (OPSC). La Convención tiene hasta la fecha 196 Estados partes. El Comité está compuesto por 18 expertos independientes en el ámbito de los derechos humanos que se desempeñan en su capacidad personal y no como representantes de los Estados partes.
Para consultas de los medios de comunicación sobre otros expertos independientes de la ONU, póngase en contacto con
Jeremy Laurence (+ 41 79 444 7578 /
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)
Fuente aquí
Página 11 de 54