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El 4 de julio, en una decisión cargada de simbolismo, los 155 convencionales constituyentes que transitan el desafío de redactar una nueva Constitución para Chile, eligieron como presidenta del cuerpo a Elisa Loncón.

La profesora, lingüista y activista mapuche –la etnia indígena mayoritaria del país sudamericano– logró el respaldo de 96 curules en la segunda vuelta de la sesión inaugural de la asamblea; su designación provocó gran sorpresa dentro y fuera del país sudamericano.

“Agradezco el apoyo a las diferentes coaliciones que depositaron su confianza y sus sueños en el llamado que hiciera la nación mapuche para votar por una persona mapuche, mujer, para cambiar la historia de este país”, señaló la lideresa al celebrar el triunfo y aceptar el reto más trascendente de su vida política, según reconoció. Lo hizo con el puño en alto y enfundada en una wiphala, la bandera de los pueblos originarios del continente.

En una entrevista con Deutsche Welle –el servicio de radiodifusión internacional financiado por el presupuesto federal de Alemania–, Loncón plantea su certeza de que “el modelo económico neoliberal es el que ha sacrificado a las comunidades y a los recursos naturales” en Chile.

“Esto no se resolverá con más dinero en los bolsillos. Tenemos empresas multinacionales que explotan la naturaleza. Ya es hora de instalar un nuevo paradigma”, razona y propone.

“Queremos que la Constitución que surja de esta Convención sea plurinacional, intercultural y que instale los derechos de la madre naturaleza”.
Elisa Loncón
En otro tramo del diálogo con DW, Loncón reconoce que la plurinacionalidad significa para las comunidades indígenas que “se incorporen los derechos colectivos” de los pueblos originarios: “la autodeterminación, la autonomía, derechos territoriales, derechos lingüísticos, culturales, a tener una historia e identidad distintas”, lista.

“Es esa plurinacionalidad la que favorecerá la demanda de más pluralidad en la nueva Constitución. Entre ellas, las demandas de las mujeres, de las regiones, de los movimientos por el agua y por una mayor diversidad sexual”, agrega.

Consensos

Consultada sobre la dificultad para lograr acuerdos al interior de la Convención, la lideresa mapuche responde que “la responsabilidad de conseguir consensos es una tarea de todas y todos”, y que “al Gobierno le falta comprender el proceso social histórico que está ocurriendo”, tanto en su país como en otros lugares de la Región. “Los derechos van por la línea de la condición humana, por la línea del buen vivir. Necesitamos el equilibrio en las comunidades y el equilibrio con la naturaleza”, propone.

Loncón suscribe, además, la declaración para pedir al Gobierno la liberación de los detenidos en el contexto del estallido social de octubre de 2019. “Para los convencionales sí existe la prisión política por manifestarse en contra de un sistema que estaba reduciendo los derechos sociales y de todas las personas. Nosotros debemos a esa movilización que hoy día exista el debate de la nueva Constitución”, argumenta.

“Yo soy profesora, y nosotros tenemos el deber ético de pronunciarnos frente a la falta de democracia. Nosotros queremos ver a nuestros jóvenes libres”, señala Loncón al respecto.

Militarización de la Araucanía

En relación con la militarización de la Araucanía, la lideresa mapuche sostiene que “no se puede naturalizar esa idea. Es difícil escribir y trabajar en una Constitución, mientras los niños están siendo afectados por esa militarización”, reconoce.

La región de la Araucanía, en el centro del país, abarca una superficie de 31.844 kilómetros cuadrados; varía desde la costa del Pacífico en el oeste hasta los volcanes y las montañas de los Andes en el este. Al sureste está la región de Los Lagos de Chile, con lagos de agua dulce y bosques lluviosos templados. Las reservas de la naturaleza, como el Parque Nacional Huerquehue y el Parque Nacional Conguillío, protegen los ecosistemas con lagos, ríos y bosques de araucarias.

“Todo lo que está ocurriendo en la zona se debe a una negación de nuestros derechos. No es un problema de seguridad, es un problema político”, opina. “Gran parte del problema es que no hemos sido incorporados como agentes políticos, como parte de la solución”..
Elisa Loncón
“Queremos que la lectura de este proceso sea desde la libre determinación y no desde un sistema colonial, racista, donde otros decidan por nosotros”, concluye la presidente de la Convención Constituyente de Chile.

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