Un proyecto de fotoperiodismo facilita que universitarios del país convivan durante dos semanas en comunidades agrícolas para aumentar el entendimiento mutuo

Doña Anita, de 108 años de edad, anciana de la comunidad Nicaragua Libre en Diriomo. El autor es uno de los estudiantes participantes en un proyecto de fotoperiodismo para acercar a universitarios y comunidades rurales.

Estudiantes y campesinos de Nicaragua, unidos por la fotografía. La universidad sale al encuentro del pueblo indígena

“En la Nicaragua de hoy tenemos que decidir entre morir, estar presos o huir”

El pasado mes de julio se cumplieron 40 años de la Revolución Sandinista, probablemente el evento más importante de la historia de Nicaragua. Aprovechando esta circunstancia, viajé al país para poner en marcha un proyecto de fotoperiodismo con estudiantes universitarios nicaragüenses que convivieron durante dos semanas en comunidades campesinas distribuidas en distintos puntos del país. Los estudiantes de la Universidad Centroamericana de Nicaragua (UCA) acompañaron a los agricultores durante sus labores diarias y disfrutaron de su hospitalidad compartiendo mesa y vivienda mientras entrevistaban y fotografiaban la forma de vida del colectivo campesino.

Este proyecto tiene lugar apenas un año después de que se iniciara un grave conflicto entre el gobierno sandinista de Daniel Ortega (apoyado por parte de los campesinos) contra los movimientos surgidos de la sociedad civil y liderados por los estudiantes. Durante la primavera y el verano de 2018, más de 320 personas perdieron la vida durante las protestas y manifestaciones que se iniciaron contra la política del gobierno y decenas de miles de nicaragüenses abandonaron el país emigrando a Costa Rica, España y Norteamérica. Incluso, a fecha de hoy, siguen existiendo detenciones y asaltos entre la policía y los opositores.

La fundación Davis Project for Peace, que apoya 100 proyectos al año presentados por estudiantes, docentes e investigadores de universidades norteamericanas dirigidos a promover la paz y la convivencia social, ayudó con el financiamiento.

Finalmente, conseguí contactar con Susan Meiselas, fotógrafa que puso rostro a la revolución sandinista de 1979 y, por medio suyo, con el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, adscrito a la Universidad Centroamericana de Nicaragua.
La finalidad era encontrar una vía de acercamiento entre dos sectores de la sociedad civil, campesinos y estudiantes, que históricamente han luchado de la mano en Nicaragua por la defensa de los derechos fundamentales. Prueba de ello fue la campaña de alfabetización iniciada por los propios estudiantes tras la victoria de la revolución sandinista. Sin embargo, los tiempos han cambiado en Nicaragua y ya queda muy poco de aquella revolución liderada por jóvenes idealistas. Otro objetivo adicional era promocionar el turismo rural en un país que padeció una fuerte crisis en 2018, cuando la industria turística pasó de ser una de sus fuentes principales de ingresos a prácticamente desaparecer.

Los estudiantes, casi todos de las carreras de Comunicación y Periodismo, tuvieron la oportunidad de desarrollar sus competencias en fotoperiodismo, mientras que los campesinos se beneficiarán de la promoción y exposiciones de fotografía en Nicaragua, España y Estados Unidos.

La mayoría de los estudiantes nunca había convivido en una población rural, prácticamente aisladas debido al mal estado de los accesos. Esta situación afecta no solo al desarrollo de su economía, ya que los productos que cosechan no se pueden comercializar por falta de transporte, sino también a la educación, puesto que no hay escuelas suficientes en las comunidades y los chicos tienen que acudir a las que se encuentran en poblados más grandes.

La idea es que el proyecto crezca junto con sus autores, y que se puedan seguir cubriendo a través de la fotografía más lugares de Nicaragua. En la primera edición se trabajó con las comunidades en Solentiname, San Juan del Sur, Ometepe, Chinadega, Diriomo, Estelí, Granada, León y Matagalpa, recorriendose casi 3.000 kilómetros en dos semanas. Pero aún quedan muchos lugares por visitar y fotografiar.

Nicaragua es un país de gente trabajadora y hospitalaria. Es inmensamente fértil y, debido a más de un siglo de pésima gestión política, su gente sigue pasando necesidades. Los nicaragüenses están preparados y dispuestos para el desarrollo de su país y no se merecen una crisis política como la que están sufriendo.

Fuente aquí