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Arqueología

Gustavo Martínez

Arqueología de grupos cazadores recolectores en las cuencas de los ríos Quequén Grande y curso inferior del Colorado

El Dr. Gustavo Martínez es Investigador Adjunto del CONICET y Profesor Adjunto en el Seminario de Tesis de la FACSO-UNICEN. Licenciado en Antropología, orientación Arqueología (1993) y Doctor en Ciencias Naturales (1999) en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (UNLP), realiza sus estudios arqueológicos en los cursos medio del río Quequén Grande e inferior del río Colorado. Forma parte del núcleo de investigación consolidado INCUAPA (Investigaciones Paleontológicas y Arqueológicas del Cuaternario Pampeano; FACSO-UNCPBA). Como parte de su actividad docente dictó clases en las asignaturas Seminario de Tesis, Arqueología Argentina, Arqueología de Grupos Cazadores-Recolectores Americanos, Seminario de Arqueología Evolutiva y Geología y Geomorfología.

Entre sus actividades de investigación a nivel local e internacional se cuentan 6 capítulos de libros y 25 artículos publicados, así como 46 presentaciones en congresos. Ha realizado estadías de investigación en el Departamento de Arqueología de la Universidad de Southampton y en el Instituto de Arqueología, University College of London (Inglaterra). Fue Becario de CONICET (1993-1998) 

Obtuvo subsidios de la Wenner Gren Foundation for Anthropological Research (2001-2003), de la Fundación Antorchas.(2002-2005) y del CONICET (2005-2006) para el desarrollo del proyecto  “Investigaciones arqueológicas en el valle inferior del Río Colorado (Provincia de Buenos Aires, Argentina)”. Asimismo,  obtuvo un subsidio de la National Geographic Society (2002-2003) para realizar investigaciones en el curso medio del río Quequén Grande.

En cuanto a la formación de recursos humanos dirije y co-dirije becarios de CONICET, tesistas de grado y de postgrado en la FACSO (UNCPBA) y en la FCNyM (UNLP).

Gustavo Martínez – Sitio arqueológico El Tigre

 

El vínculo del Dr. Gustavo Martínez  con la Facultad de Ciencias Sociales comenzó en 1990. Mientras estudiaba la Lic. en Antropología con orientación arqueológica en el Museo de la Plata comenzó sus actividades de docencia en la FACSO como auxiliar viajero. Posteriormente, ya licenciado (1993) y como becario de CONICET, Martínez decidió radicarse en Olavarría (1996), concentrando tanto sus actividades de investigación y docencia en el departamento de Arqueología, más específicamente en el INCUAPA (Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas en el Cuaternario Pampeano). En 1999 obtuvo su doctorado en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata e ingresó a la Carrera de Investigador Científico del CONICET. Este breve racconto pone de manifiesto que buena parte de la formación del Dr. Martínez estuvo estrechamente vinculada a la Facultad, dándole continuidad a su carrera docente, participando en el dictado de clases en varías cátedras, y de investigación en arqueología. Además, participó en el proyecto etnoarqueológico del Dr. Gustavo Politis entre los Nukak de la Amazonía Colombiana.

El Dr. Gustavo Martínez en un campamento Nukak.

 

Martínez obtuvo su doctorado estudiando desde una perspectiva arqueológica las poblaciones indígenas del curso medio del río Quequén Grande desde la transición Pleistoceno-Holoceno hasta el Holoceno tardío (ca. 10.450-500 años AP). Posteriormente,en una segunda etapa de investigaciones en el río Quequén Grande,  se llevó a cabo un proyecto para el estudio del sitio arqueológico Paso Otero 5 una ocupación indígena temprana que data de ca. 10.450-10.200 años AP, donde restos de megamamíferos extintos (Megaterio, Gliptodonte, Caballo, etc.) fueron registrados asociados a artefactos de piedra muy particulares como las denominadas puntas de proyectil “cola de pescado” . Además de las reconstrucciones arqueológicas el proyecto estuvo dirigido a obtener información sobre reconstrucciones paleoambientales. En este marco, colaboraron especialistas en diferentes disciplinas y el proyecto fue financiado por un subsidio de la National Geographic Society (2002-2003). Uno de los resultados mas novedosos muestra que la colonización humana de las pampas se habría producido bajo condiciones de climáticas áridas-semiáridas y mas frías que hoy día.

 

Excavación en el Sitio Paso Otero 5

Puntas de proyectíl “cola de pescado”. Sitio Paso Otero 5

 

Como parte de un proceso de crecimiento académico y personal, surgió la necesidad de comenzar investigaciones en otras áreas, afrontar nuevos problemas arqueológicos y estimar en que medida el conocimiento generado para la región pampeana era pasible de ser comparado en áreas limítrofes o vecinas. Es así que se comenzaron las actividades en el curso inferior del río Colorado (Pcia. de Buenos Aires). Fueron varios los motivos para la elección de esta área: a) las investigaciones sistemáticas eran inexistentes y la información generada llenaría un “vacío” en el conocimiento arqueológico de los grupos cazadores-recolectores; b) se trata de un área “ecotonal”, de transición pampeano-patagónica y, por ende, un escenario ideal para estudiar las adaptaciones y evolución de las sociedades indígenas locales. Así, el conocimiento generado puede ser comparado con el de las áreas vecinas (regiones Pampeana y Norpatagónica) a los efectos de entender la variabilidad en los modos de vida, la subsistencia, la movilidad y territorios de los grupos, su tecnología, los lugares de asentamiento, las prácticas funerarias, lugares sagrados, etc. Uno de los objetivos del proyecto es evaluar si este entorno ambiental, en conjunción con las características culturales propias de los grupos indígenas del área, generaron un patrón adaptativo y comportamientos específicos propios del área de estudio.

Sobre la base de este estado de la cuestión en el año 2001 se pone en marcha el proyecto arqueológico denominado “Investigaciones arqueológicas en el curso inferior del Río Colorado (Pdos. de Villarino y Patagones; Pcia. de Buenos Aires)” (INARCO). Martínez gestionó a través de concursos fondos para investigación, tanto en organismos nacionales como internacionales. En el periodo 2001-2003 el proyecto fue financiado por Wenner Gren Foundation for Anthropological Research (EE UU), simultáneamente se obtuvo subsidio Trianual (2002-2005) de Inicio de Carrera otorgado por la Fundación Antorchas. En el año 2005 se obtuvo financiamiento a través de un proyecto de Investigación Plurianual (PIP) otorgado por CONICET. Los fondos obtenidos durante estos años resultaron invalorables para iniciar y consolidar el proyecto. Se adquirieron medios de movilidad, infraestructura, se realizaron análisis diversos (líticos, faunísticos, cerámicos, fechados C14, estudios isotópicos, etc.) y numerosos trabajos de campo, se otorgaron becas internas a estudiantes avanzados y graduados jóvenes, etc.  Con el devenir de estas actividades fueron surgiendo temas de análisis específicos que se transformaron en temas tesis de licenciatura, promoviéndose la capacitación de recursos humanos de la facultad que accedieron a becas de estudio, de grado y postgrado de diferentes organismos (Antorchas, CONICET, etc.). Asimismo, la participación en los proyectos de investigadores formados locales y no locales le dieron al proyecto la dinámica necesaria para la generación de conocimiento genuino y de calidad. Finalmente, este año el proyecto fue acreditado en la SECAT como parte del programa INCUAPA.

Los trabajos desarrollados permitieron descubrir y estudiar asentamientos aborígenes en un lapso cronológico que va desde los 3000 a 300 años AP. En el sitio La Primavera se habrían llevado a cabo actividades diversas relacionadas a la caza y recolección, a la producción de artefactos de piedra y a actividades inhumatorias, ya que se detectó un entierro humano datado en 2.800 años AP. El sitio Loma Ruiz 1, se corresponde también con un campamento base de actividades múltiples, donde se registraron artefactos de piedra, fragmentos de cerámica y huesos de guanaco que formaron parte de la dieta de estos grupos. En este sitio las ocupaciones están relacionadas al lapso 1.900-1.600 años AP. La excavación del sitio El Tigre agrega valiosa información ya que además del consumo de guanaco, se constató que como parte de la dieta también estaban incluidos los venados, el ñandú y los peces de río. La cultura material recuperada de este sitio es muy numerosa y variada, donde se cuentan puntas de proyectil y raspadores de piedra, cerámica, materiales de molienda, etc. con una cronología de 500 años AP. Estos sitios muestran parte de las actividades cotidianas de estos grupos indígenas, es decir contextos domésticos ligados a la realización de múltiples actividades como procuramiento de recursos para la dieta (guanacos, ciervos, peces, vegetales, etc.) y para la confección de artefactos de piedra (rocas), manufactura de herramientas de piedra (puntas de flecha, raspadores, morteros, etc.) y de cerámica, así como inhumaciones.

Exacavación en el Sitio Loma Ruíz 1

Respecto de sus circuitos de movilidad y conocimiento del paisaje, las evidencias indican que algunas de las rocas con las que confeccionaban sus instrumentos no eran “locales” sino que eran obtenidas de los sistemas serranos de Ventania y Tandilia en la región Pampeana (ubicados a 200 y 400 kilómetros, respectivamente), como así también de Norpatagonia. Esto sugiere un conocimiento muy acabado acerca de la presencia y distribución de los recursos, en este caso rocas, y la existencia de movimientos a grandes distancias y/o mecanismos de interacción con otros grupos. Como rasgo interesante se destaca también un variado y complejo sistema de asentamientos indígenas donde se llevaron a cabo diferentes practicas relacionadas a la subsistencia, al consumo de una variada gama de especies, a la confección de artefactos de piedra y de cerámica, etc.

Además de estos sitios arqueológicos antes mencionados se hallaron otros ligados a una esfera de la cultura diferente, la de las prácticas funerarias. Uno de ellos es el sitio La Petrona donde se registraron dos entierros primarios y dos secundarios con una cronología de ca. 500-300 años AP. En el caso de un entierro primario, el individuo era sepultado con todos los huesos en su posición articular original (es decir, los huesos ocupan el lugar que anatómicamente tienen en el cuerpo). En cambio, en un entierro secundario se forma un fardo o "paquete funerario" compuesto de huesos aislados que muchas veces pueden corresponder a más de un individuo. Seguramente, estos fardos se cubrían y ataban con cueros o tientos, materiales que no se preservaron a través del tiempo. En este sentido, en el área de estudio el hallazgo del sitio Paso Alsina 1  reforzó estas ideas respecto de las practicas funerarias. En este sitio se registraron 10 entierros secundarios con una cronología similar a los de La Petrona, localizados en un área de pequeñas dimensiones, un cementerio. Además del tratamiento particular de los huesos en su modalidad de fardo o paquete, llaman la atención la simetría que presentan los mismos, indicando una ubicación cuidada y deliberada de los entierros. Los huesos que los componen están pintados de rojo. Esta última modalidad de entierro demuestra un complejo tratamiento de los muertos, donde seguramente determinados lugares del paisaje tuvieron un significado especial para estas sociedades, ligado a la esfera de lo ideológico y religioso. Estas prácticas complejas informan acerca de lo importante que eran para estas sociedades sus ancestros, cómo el mundo de los vivos tenía una conexión fuerte y estrecha con el de los muertos y cómo ciertos lugares del paisaje donde se establecían estos cementerios tenían para estas sociedades connotaciones y significados especiales.

 

Área de inhumación del sitio Paso Alsina 1 (curso inferior del río Colorado)

En un lapso relativamente corto de investigación la información generada del proyecto permitió delinear algunas de las principales características de las poblaciones aborígenes que habitaron el curso inferior del río Colorado durante los últimos 3000 años AP. En síntesis, estas sociedades de cazadores-recolectores poseían una gran riqueza en diversos aspectos de su modo de vida, desde sus actividades básicas de subsistencia hasta un elaborado mundo espiritual que coexistían en la escala de lo cotidiano. Desde este punto de vista, poseían conocimientos económicos, tecnológicos, de asentamiento, e importantes sistemas ideológicos y religiosos que formaban un complejo entramado social, dinámico y cambiante. Generalmente, existe una concepción estereotipada acerca la naturaleza de estos grupos de cazadores-recolectores nómades moviéndose permanentemente tras su alimento cotidiano, viviendo "al día" y satisfaciendo sus requerimientos básicos de subsistencia. La arqueología del curso inferior del río Colorado, así como la de las regiones Pampeana y Patagónica como un todo, demuestra que la situación socioeconómica de estas poblaciones fue mucho más compleja de lo reconocida hasta el momento.

Dado el impacto de los resultados de los trabajos del Dr. Martínez, sus investigaciones han tomado estado público, y pueden ser consultadas en los siguientes sitios:

Universia, Portal Universitario:

www.universia.com.ar/portada/actualidad/noticia_actualidadjsp?noticia=16291

La Nueva Provincia, Periódico de la Ciudad de Bahía Blanca:

www.mapuche.info/indgen/lanuevaprovincia040415.html